ANA MARÍA

CASTILLO

Cali
Valle del cauca

Postales sonoras

JAVIER FELIPE

CEPEDA GARAVITO

Yopal
Casanare

El renacimiento de la tierra

NATALIA ORTIZ

MANTILLA

Los Santos
Santander

En este pueblo ya no canta la lechuza

MARBEL INA

Vanegas Jusayu

Albania
La Guajira

Aquel cuatro de noviembre

YENNIFER

ORTIGOZA PALENCIA

Popayán
Cauca

Semillas en libertad

SERGIO FRANCISCO

BRITO EPINAYU

Riohacha
La Guajira

El gran elefante del desierto

YERLIN LEONARDO

HINESTROZA GARCÍA

Tadó
Chocó

Tadó: minería y mujeres

SANDRA MILENA

MUÑOZ ORTEGA

La Unión
Nariño

Sembrar, un acto de resistencia

Bernardino

Pérez Herazo

San Basilio
de Palenque
Bolívar
Bernardino Pérez Herazo, conocido como Ashanty Lawhier, es un gestor cultural, músico y narrador comunitario oriundo de Palenque de San Basilio. A sus 23 años es un representante del relevo generacional de los saberes ancestrales y defensor de la cultura afrocolombiana. Ashanty es coordinador del colectivo juvenil ‘Influencers étnicos’, que busca visibilizar las realidades de las comunidades étnicas a través de contenidos audiovisuales. Su proyecto actual profundiza en la comprensión de las complejas relaciones entre las comunidades palenqueras e indígenas Zenú, documentando y preservando su diversidad cultural. Ashanty también promueve la celebración de prácticas compartidas en un mundo interconectado, utilizando la creatividad para fortalecer la cultura y la memoria étnica.

ENTRELAZADOS

En este proyecto se exploran las relaciones complejas y los procesos sincréticos que han definido la interacción entre las comunidades palenqueras e indígenas Zenú a lo largo del tiempo. Desde los primeros encuentros en la historia colonial hasta el presente, estas dos culturas han compartido no solo territorio, sino también tradiciones, creencias y formas de vida.

Para el creador es importante reconocer que la historia colonial y los vestigios de la esclavización han dejado huellas duraderas en la forma en que estas comunidades interactúan y se perciben mutuamente. Sin embargo, también es esencial destacar las formas en que estas comunidades han encontrado puntos de conexión y han construido relaciones a pesar de las divisiones impuestas.

Esta narrativa nos invita a reflexionar sobre la complejidad de las relaciones interétnicas y la importancia de reconocer y celebrar la diversidad cultural en todas sus formas, especialmente en contextos donde las divisiones históricas y sociales han sido profundas.

EL PILÓN

Evoca la conexión profunda entre las comunidades y la tierra que las sustenta. Utilizado para moler granos y especias, el pilón es un símbolo de la labor diaria y la tradición agrícola que une a las culturas indígena y palenquera en su dependencia mutua de la naturaleza.

EL TAMBOR

Evoca la conexión profunda entre las comunidades y la tierra que las sustenta. Utilizado para moler granos y especias, el pilón es un símbolo de la labor diaria y la tradición agrícola que une a las culturas indígena y palenquera en su dependencia mutua de la naturaleza.

BANDERA ENTRELAZADA

La bandera colaborativa es una poderosa representación de la unión y la colaboración entre mujeres costureras indígenas y la comunidad palenquera. Esta bandera se convierte en una narrativa visual que celebra la diversidad y la inclusión cultural en un mundo cada vez más interconectado. El diseño de la bandera es una fusión única de elementos tradicionales de ambas culturas, con la intervención creativa de las mujeres costureras indígenas especialmente en la bandera palenquera.

Bastón

Evoca la conexión profunda entre las comunidades y la tierra que las sustenta. Utilizado para moler granos y especias, el pilón es un símbolo de la labor diaria y la tradición agrícola que une a las culturas indígena y palenquera en su dependencia mutua de la naturaleza.

TAMBORES ENTRELAZADOS

La obra resultante de la colaboración entre un artesano palenquero y uno indígena es una maravillosa colección de esculturas de tambores elaboradas en barro, con tonalidades de colores que reflejan el entorno natural y los vínculos culturales que unen a ambas comunidades. Cada tambor, tallado con habilidad y precisión artesanal, es una expresión única de la riqueza de la tierra y de la herencia cultural compartida.

ANA MARÍA

CASTILLO

Cali
Valle del cauca
Ana María Ramírez (1992) es fotógrafa documental y artística y nació en Cali. Comprometida con la sociología y el audiovisual, su trabajo se centra en construcción de paz, memoria, interculturalidad y decolonialidad. Desde 2016 ha desarrollado proyectos fotográficos documentales que exploran los tejidos solidarios de los pueblos del suroccidente de Colombia, especialmente en la Comuna 20 de Cali. Su trabajo busca desafiar el proyecto capitalista, neoliberal y colonialista a través de la fotografía como herramienta transformadora. Actualmente hace parte de la productora audiovisual ‘Otros mundos’. Además, participa en procesos sociales de comunicación popular con un enfoque en derechos humanos y género. A través de su lente busca conectar la fotografía con la sociología y los procesos comunitarios, promoviendo conversaciones sobre temas como la interculturalidad, la decolonialidad y el feminismo popular.

POSTALES SONORAS:

LA ESPERANZA SE HACE VERBO EN EL TERRITORIO ANCESTRAL DE CERRO TIJERAS

Este es un proyecto de imagen fija y sonido en el que se narran tres historias de resistencia y re-existencia en la voz de tres mujeres, quienes desde el territorio ancestral de Cerro Tijeras, y a partir de la pedagogía y la economía circular, enfrentan los impactos socio-ambientales y culturales ocasionados debido a la construcción de la hidroeléctrica La Salvajina en Suárez, Cauca.

El proyecto se enfoca en tres mujeres lideresas indígenas Nasa, explorando sus vidas y sus esfuerzos por enfrentar las complejidades del territorio desde la década del 70. Estas historias se dividen en tres momentos: pasado, presente y futuro. Así, se reflexiona sobre la resistencia de la comunidad ante la construcción de la hidroeléctrica La Salvajina, sus luchas diarias y sus aspiraciones para transformar el futuro, especialmente en la educación de los niños en la Institución Educativa Agroambiental Aguaclara. La metodología tuvo un componente de ‘conversa’, donde se reflexionó sobre los dolores que ha causado el proyecto de la hidroeléctrica en los cuerpos y en los espacios geográficos.

MAricela

CARTOGRAFÍA HISTÓRICA 1975,

CERRO TIJERAS. SUÁREZ, CAUCA.

ÑINA KIWE THEGNA Y LUZ ENITH

MAYORA NASA YUWE

VIOLENCIA ESTRUCTURAL

JAVIER FELIPE

CEPEDA GARAVITO

Yopal
Casanare

Javier Felipe Cepeda es profesional en mercadeo y publicidad, con una fuerte conexión con la tradición ganadera familiar y pasión por la fotografía y la conservación del medio ambiente. Tiene 30 años y nació en Sogamoso, Boyacá, aunque se considera llanero por adopción. Ha participado en proyectos audiovisuales relacionados con el sector cultural y el medio ambiente.

Como parte del relevo generacional en su tradición familiar, Javier es guardián de la fauna silvestre con un enfoque regenerativo y un compromiso con la conservación y restauración de ecosistemas. Su proyecto actual busca compartir las experiencias y vivencias que ha presenciado como integrante de una familia ganadera con una visión de la vida en armonía con el ambiente y el entorno que los rodea. Valora la conexión entre la tradición y la conservación, y defiende un modelo sostenible de coexistencia con
la naturaleza.

EL RENACIMIENTO DE LA TIERRA

‘El renacimiento de la tierra’ es la consecuencia de la intervención de una familia en los territorios de la finca ‘La Pradera’, ubicada en el departamento de Casanare – Colombia. El proyecto fue inspirado por la experiencia colectiva de las personas, la flora y la fauna que habitan en ese territorio. La finca ‘La Pradera’ es una herencia, no solo por el territorio y su biodiversidad, sino por el legado familiar y cultural que representa. Desde su fundación, esa tierra ha sido transformada de acuerdo a las necesidades, acciones y elementos propios de cada época, lo que permitió la civilización del terreno y posteriormente la incursión del ganado bovino. Tras ese proceso de adaptación y explotación tanto del terreno como de su riqueza natural, se evidenció un entorno parcialmente destruido y, como consecuencia, la pérdida temporal de especies, tanto animales como plantas. ‘El renacimiento de la tierra’ como proyecto audiovisual es la evidencia de todo aquello que ha sido posible: desde la recuperación del paisaje hasta el avistamiento de especies que por mucho tiempo se ausentaron. También es la experiencia de quienes han aprendido a convivir y coexistir en el mismo territorio, facilitando la interacción entre la familia, la actividad ganadera, la cultura y cada ser vivo en el espacio que abarcan los linderos de la finca ‘La Pradera ́.
Imágenes de archivo. Recorrido por la historia de los llanos a través del arte. Autor: n/a

NATALIA ORTIZ

MANTILLA

Los Santos
Santander
Natalia Ortiz (1987) es fotógrafa y gestora cultural, radicada en Bucaramanga, Santander. Su trabajo fotográfico se especializa en la relación entre las comunidades y el entorno, explorando la memoria oral, las tradiciones y los derechos fundamentales, así como los procesos de adaptación y resistencia social. Es especialista en Comunicación y Medio Ambiente de la Universidad Nacional de La Plata (2018) e ingeniera ambiental (2013). Ha promovido el trabajo de fotógrafas y fotógrafos locales y nacionales, contribuyendo a la expansión de reflexiones sociales a través de la imagen.Su proyecto actual busca investigar los impactos sociales, ambientales y económicos de la construcción de una hidroeléctrica, preguntándose cómo estos pueden transformar la memoria colectiva, las costumbres y las tradiciones. Además, busca resaltar ejemplos de resistencia y resiliencia liderados por mujeres campesinas y pescadoras.

EN ESTE PUEBLO YA NO CANTA LA LECHUZA

Este es un pueblo que tiene parte de su memoria sepultada bajo toneladas de agua; donde antes había caminos, cultivos y animales de pastoreo, se asienta ahora una represa nombrada en memoria de aquel río ahogado. Hombres y mujeres campesinas y pescadoras empezaron a moverse por el territorio, migraron y se acomodaron donde pudieron.

‘En este pueblo ya no canta la lechuza’ indaga en la memoria de las comunidades asentadas aguas arriba y aguas abajo de la represa hidrosogamoso en Santander. Allí, el dolor de la ruptura familiar y social, así como de la transformación ambiental y económica, contrasta con la dignidad de las personas, especialmente de las mujeres que buscan la forma de continuar con su vida en el territorio a través de la resistencia.

SED

Cada elemento del territorio tiene una historia que contar, solo es necesario escuchar y estar dispuesto a aprender de ellas. ‘Sed’ es una serie de fotografías de piedras que habla sobre cómo el territorio guarda la memoria de los sucesos a lo largo del tiempo. Al sostener una piedra en la mano, se sostiene una parte de esa historia antigua moldeada por la naturaleza. Estos mismos elementos han presenciado la intervención humana, como la construcción de represas hace casi 150 años en Colombia para generar energía eléctrica.

MARBEL INA

VANEGAS JUSAYU

Albania
La Guajira
Marbel Ina Vanegas (1997) es comunicadora indígena comunitaria de la etnia Wayuu, originaria del E ́iruku Jusayu. Su especialidad es la producción y dirección de contenidos audiovisuales, con una formación en el Conservatorio Regular de Cine de la Escuela Nacional de Cine ENACC y la Escuela de Comunicaciones Wayuu Putchimaajana de La Guajira. Marbel tiene experiencia en organizaciones indígenas, destacándose también en el campo radiofónico. Además ha contribuido al cumplimiento técnico para la implementación de la política pública de comunicación indígena en Colombia. Su trabajo se centra en las comunidades indígenas, promoviendo su cultura, historia y luchas a través de medios audiovisuales. Valora la importancia de la comunicación como herramienta para fortalecer la identidad y los derechos de los pueblos originarios.

AQUEL CUATRO DE NOVIEMBRE

Este proyecto narra el desplazamiento forzado de comunidades wayuu hace más de 32 años debido a la explotación de carbón a cielo abierto en Caracolí y El Espinal, ahora parte del predio del Cerrejón. Esta obra se compone de 2 partes: un documental y una exposición. El documental indaga en los conocedores y quienes hoy habitan en el resguardo indígena wayuu ‘Cuatro de noviembre’. Allí cuentan cómo fue el desplazamiento forzado al que fueron sometidos. En el proyecto se documenta cómo la explotación minera ha transformado el territorio y la cultura wayuu, resaltando la importancia de preservar la memoria colectiva para comprender y defender a la madre tierra. También se explora cómo resisten y sueñan con un futuro donde puedan preservar su identidad y territorio. 
El segundo componente es una exposición que cuenta cómo para la comunidad esta historia es importante porque ellos y ellas hacen parte de un proceso de creación colectiva al momento de plasmar sus deseos, miedos y pensamientos sobre el lugar que habitan hoy. Además, recoge un primer antecedente de lo que hoy son, ya que el desplazamiento y las transformaciones negativas que ha sufrido al territorio sólo serán sanados cuando se asuma colectivamente la importancia del rol como veedores y garantes de la protección de la madre tierra.

TERRITORIOS VIVOS

La obra resultante de la colaboración entre un artesano palenquero y uno indígena es una maravillosa colección de esculturas de tambores elaboradas en barro, con tonalidades de colores que reflejan el entorno natural y los vínculos culturales que unen a ambas comunidades. Cada tambor, tallado con habilidad y precisión artesanal, es una expresión única de la riqueza de la tierra y de la herencia cultural compartida.

¿APRESAMOS NUESTRAS DEIDADES?

¿Qué ocurre cuando no protegemos nuestros territorios, cuando permitimos la explotación de los recursos naturales de nuestra tierra y cómo afectamos a los demás seres que la habitan? ¿Acaso estamos apresando a nuestras deidades? Estos telares nos invitan a considerar cómo nuestras acciones transforman a la madre tierra, ofreciendo una interpretación de los sueños que no siempre logramos plasmar.

YENNIFER

ORTIGOZA PALENCIA

Popayán
Cauca

Jennifer Ortigoza (1994) es comunicadora social y periodista graduada de la Universidad Surcolombiana. Nació en Neiva, Huila, y actualmente vive en el departamento del Cauca, inmersa en la riqueza cultural y agrícola de la región. Graduada en Comunicación Social y Periodismo de la Universidad Surcolombiana, ha dedicado su vida académica y profesional al trabajo con comunidades, enfocándose en la comunicación alternativa con enfoque de género. Ha colaborado con organizaciones defensoras de los derechos humanos y medios independientes en departamentos como Huila, Chocó y Cauca.
Su proyecto audiovisual más reciente se centra en la historia de la comunidad del Territorio Campesino San Gabriel en el Cauca, destacando su lucha por la sostenibilidad agrícola y la soberanía alimentaria. Su objetivo es compartir esta experiencia como ejemplo
de transformación y promoverla a través de cortos documentales.

SEMILLAS EN LIBERTAD

Este proyecto visibiliza a comunidades que luchan por sus raíces, como la del territorio campesino San Gabriel en Cajibío, Cauca. En el pasado esta tierra estaba dedicada al cultivo de eucalipto y pinos, agotando el suelo y reduciendo su fertilidad. Después de siete años de trabajo comunitario, el territorio se ha transformado en una finca agroalimentaria que respeta y protege la tierra. El corto documental ‘Semillas en libertad’ documenta esta experiencia para las nuevas generaciones, mostrando que es posible construir un futuro sostenible.

La lucha por la tierra en Colombia ha dejado un doloroso legado, con líderes campesinos asesinados y comunidades fragmentadas. Este proyecto también busca honrar a aquellos que perdieron la vida defendiendo el campo y la soberanía alimentaria, mostrando el rostro de 18 líderes campesinos asesinados en el Cauca entre 2020 y 2023 en la exposición ‘Sombras del monocultivo: la lucha por la tierra y la soberanía alimentaria’. La obra se complementa con recortes de prensa y documentos académicos para ofrecer diversas perspectivas sobre los conflictos entre las comunidades, las empresas y el Estado.

‘SOMBRAS DEL MONOCULTIVO:

LA LUCHA POR LA TIERRA Y LA SOBERANÍA ALIMENTARIA’

‘Sombras del monocultivo: la lucha por la tierra y la soberanía alimentaria’ consiste en una serie de rostros intervenidos con una contextura oscura, simbolizando a un país que ha sufrido el asesinato de líderes y lideresas campesinas. La exposición, junto con el material de archivo, rememora las luchas que las comunidades enfrentan para permanecer en los territorios. También reflexiona sobre las implicaciones del modelo agroindustrial predominante y la importancia de salvaguardar los derechos humanos y el medioambiente.

SERGIO FRANCISCO

BRITO EPINAYU

Riohacha
La guajira

Sergio Francisco Brito es un joven guajiro de 27 años de edad, egresado de la Universidad de La Guajira como contador público de profesión, pero contador de historias por vocación. Nacido y criado en Riohacha, es el resultado de una mezcla de lo afro y lo indígena. Su pasión por el cine comunitario lo ha llevado a ser realizador audiovisual durante 10 años, además de ser el creador del colectivo Aleker y gestor de proyectos culturales y sociales.

Su propósito actual es generar diálogos participativos con las juventudes sobre la represa del río Ranchería en La Guajira. A través de su trabajo cinematográfico y activismo social busca abordar la vulneración de los derechos al acceso de agua potable en la zona. Con su trabajo busca generar conciencia sobre temas sociales y ambientales relevantes para su comunidad, como la crisis del agua.

EL GRAN ELEFANTE DEL DESIERTO

En este proyecto las voces de las comunidades indígenas y campesinas se alzan para denunciar cómo la construcción y operación de la represa del río Ranchería han socavado sus derechos básicos. La imposición de este proyecto ha desplazado a familias enteras de sus tierras ancestrales, ignorando sus derechos de consulta previa y afectando su modo de vida tradicional. Acceso limitado al agua potable, paradoja irrefutable, la represa que debería proveer agua para el desarrollo ha generado escasez y exclusión. Las comunidades cercanas carecen de acceso a agua potable segura y sufren las consecuencias de enfermedades relacionadas con la falta de higiene y saneamiento adecuados. Mientras tanto, el agua embalsada fluye hacia sectores privilegiados, exacerbando las desigualdades existentes.

La represa del río Ranchería no solo es una estructura física, sino un monumento a la injusticia y la desigualdad en La Guajira. A través de este proyecto, las voces de quienes sufren sus consecuencias hacen un llamado urgente a la reflexión y la acción. Es necesario que esta exposición no solo documente los errores del pasado, sino que inspire un compromiso renovado hacia un futuro donde el desarrollo sea inclusivo y respetuoso de los derechos humanos y ambientales.

‘MEZCLAS EN ESPIRAL’

Esta colección de diez imágenes celebra la rica cultura de La Guajira, mientras destaca la importancia vital del agua en la vida y la identidad de esta región árida. A través de una técnica de fusión de imágenes con un efecto de fundido con un espiral -que simboliza la vida de los wayúu, cada fotografía es una oda al agua como fuente de vida y elemento central en la cotidianidad de sus habitantes.

YERLIN LEONARDO

HINESTROZA GARCÍA

Popayán
Cauca

Yerlin Leonardo Hinestroza (1993) es un hombre -afrodescendiente y marica- oriundo del municipio de Tadó, departamento del Chocó. Es normalista superior y comunicador y periodista. Su interés es narrar la población Negra, Afrocolombiana, Raizal y Palenquera, y ser parte de la fuerza comunicativa de su territorio, desafiando las narrativas de pobreza e inequidad. A pesar de haberse alejado de su entorno en búsqueda de trabajo y educación, siempre ha mantenido a Tadó en su mente y corazón, lo que lo motiva a regresar y llevar a cabo proyectos significativos para
su comunidad.

Con su proyecto busca amplificar la voz de su gente para que cuenten su realidad. Como comunicador, su objetivo es narrar el Chocó, Tadó y las comunidades étnicas, resaltando su cultura, patrimonio, sueños, experiencias y esperanzas. Su trabajo busca desafiar las percepciones negativas y estereotipos, promoviendo una representación más justa de su comunidad.

TADÓ: MINERÍA Y MUJERES

Este proyecto trata sobre la principal fuente de ingresos económicos del municipio de Tadó, Chocó: la minería. Mujeres étnicas tadoseñas comparten su experiencia en la búsqueda artesanal de oro y platino, una labor transmitida de generación en generación, y explican cómo la maquinaria pesada ha transformado esta actividad, los impactos ambientales y comunitarios de la minería, y el significado de esta labor tradicional frente a las desigualdades sociales en el territorio.

Recordando y reflexionando en comunidad, mujeres étnicas, mazamorreras y barequeras comparten –con la sonoridad que producen sus técnicas al catear, el ambiente natural del entorno y la singularidad de sus voces– la situación actual de la minería en Tadó y la determinación que las impulsa a seguir usando herramientas como la pala, el amocafre, la barra, la batea, la totuma, el cacho y las botas, frente a las enormes máquinas que arrasan sin considerar la sostenibilidad del territorio. Este proyecto representa la experiencia de buscadoras de oro y platino en busca de preservar la cultura y proteger el territorio en el proceso minero.

TADÓ: MINERÍA Y MUJERES

María Mosquera

00:00 hasta 01:26
04:46 hasta 06:45
13:54 hasta 14:13
14:30 hasta 16:12
22:28 hasta 23:20
26:07 hasta 26:34
26:58 hasta 27:45
27:54 hasta 30:17

María Nora Copete

06:53 hasta 10:13
16:12 hasta 17:23
23:45 hasta 26:07

Eloísa Sanapí

10:23 hasta 12:28
13:44 hasta 13:53
21:14 hasta 22:27
23:23 hasta 23:45

Lucía Mosquera

13:27 hasta 13:44
18:42 hasta 20:26

ESCUCHA, EL CATEO

AMBIENTE SONORO

Los sonidos naturales al mazamorrear surgen en esta pieza sonora de 2 minutos, donde se escucha el amocafre rasgando la tierra mientras la echa en la batea. Luego se escucha el agua correr entre las piernas de la mazamorrera, al caminar, hasta taparle las rodillas. Después introduce la batea en el río para lavar la tierra con movimientos circulares que van y vienen hasta tener la jagua o mineral negro en ella; entonces se ve qué se cogió en el lavado, qué pepa dorada hay en la batea. Estos sonidos son una muestra real no visual de lo que ocurre al catear en el río.

SANDRA MILENA

MUÑOZ ORTEGA

La unión
Nariño
Sandra Milena Muñoz nació en 1997 entre las montañas de La Unión, Nariño, y encontró su hogar en el sur. Ha sido moldeada por la vida campesina y la conexión profunda con la naturaleza. A los 16 años emprendió un viaje hacia Medellín para educarse en cine y lenguajes audiovisuales, encontrando allí una manera de preservar las tradiciones y enseñanzas transmitidas por sus mayores. Estudió Comunicación y Lenguajes audiovisuales en la Universidad de Medellín, con énfasis en fotografía y montaje. Ha sido voluntaria en actividades de preservación y conservación de los ecosistemas de alta montaña, cómo el páramo. Su proyecto representa la búsqueda de conocimiento y la valoración de la sabiduría ancestral y su profunda conexión con el territorio. Considera esencial valorar y preservar la relación entre los seres humanos y la naturaleza en tiempos de crisis climática.

SEMBRAR, UN ACTO DE RESISTENCIA

El acto de sembrar es un acto de resistencia.
En el resguardo del Gran Cumbal habitan Los Pastos, una de nuestras comunidades originarias, en cuya cosmovisión la relación con la tierra es primordial. Incluso desde su mitología y saberes se busca preservar, cuidar y vivir en armonía con el territorio. Por esto, los últimos incendios que se han vivido entre el páramo y el bosque alto andino del gran Cumbal han atemorizado a la población.
Hablar de incendios hoy en día es hablar de una catástrofe, y más aún si estamos hablando de hectáreas de frailejones, plantas endémicas de los páramos y ecosistemas amenazados por la expansión de la agricultura, la ganadería, la minería y el cambio climático.

Este proyecto nos muestra las relaciones del pueblo con sus ecosistemas naturales, cuáles son las circunstancias actuales que los llevan a relacionarse con él de la manera en la que lo hacen, y nos permite acercarnos a prácticas como la shagra, la alimentación y la reforestación del territorio, actos políticos que hoy en día emergen como alternativas frente a la crisis climática.
El compromiso con la tierra y la preservación de los ecosistemas ancestrales impulsa a la comunidad a tomar acción. Este proyecto no solo documenta las circunstancias actuales que desafían su relación con el territorio, sino que también destaca su lucha activa a través de prácticas tradicionales.