Por azar, aquella vez iba sentada junto a lconductor y mientras descendíamos a Los Santos, vimos un nubarón. El hombre me dijo:“Parece que va a llover(...)
(...)pero no confío cuando las nubes negras están allí encima-señalando El Pozo–, lo que pasa es que el viento siempre se le va los goterones y caen en otro lado”.